Retomo este blog para hablar de una película que me ha encantado, y que está basada en la obra del gran neurólogo Oliver Sacks. Se trata de The Music never stopped (La música nunca dejó de sonar) y que se origina en los ensayos de Sacks reunidos en An Anthropologist on Mars, en la cual se cuenta la historia de Gabriel, un joven que sufre un tumor cerebral y que ve afectada su capacidad para formar recuerdos.
Y es a través de la música, que Gabriel el protagonista, puede recobrar algunos fragmentos en su memoria, pero también "conectarse emocionalmente" de nueva cuenta con su padre, interpretado por J.K. Simmons, de quien recordamos su espléndida también actuación en Whiplash, cinta comentada también en este blog.
La relación entre ambos, rota desde que Gabriel deja la casa paterna, es reinstaurada por medio de la música y los recuerdos que ambos comparten, pues el padre fue quién introdujo a Gabriel en su gusto por la música.
Por supuesto en esta historia tienen también un papel importante tres mujeres: la primera, su madre, quién decide pedir empleo y hacerse cargo de la manutención del hogar, en la empresa en la que trabajaba su esposo y de la que es liquidado; la musicoterapeuta (Julia Ormond) quien facilita la recuperación de Gabriel, así como la conexión con su padre; y Celia, quien trabaja en la cocina del hospital en la cual se encuentra Gabriel, de la cual se enamora éste.
Como en Despertares, otra de las grandes obras de Oliver Sacks, se pone de manifiesto el poder curativo de la música.
Una cinta digna de ser vista y comentada.
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