Florence Foster Jenkins interpretada por la multi-nominada Meryl Streep es la vida de una soprano de principios de siglo en los Estados Unidos, quien a pesar de carecer de las dotes musicales necesarias para el canto, entre ellas la audición - estaba convencida de ser una estupenda cantante.
Animada por su esposo y algunos seguidores, Florence no tenía ningún reparo en brindar lo mejor de sí en los recitales que ofrecía. Quienes acudían lo hacían por curiosidad, morbo, e incluso interés económico y solía ser objeto de burlas y críticas, pero también había quien le admiraba y le seguía incluso hasta el Carnegie Hall donde llegó a presentarse acompañada por Cosme McMoon, pianista de origen mexicano-americano.
Con música de swing y Hugh Grant bailando como en otra gran película Love Actually, esta cinta nos demuestra que
Aunque el entusiasmo no es suficiente, es un elemento muy importante para lograr nuestras metas, y que la opinión de los demás es irrelevante cuando la opinión acerca de nosotros mismos la supera.
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