En esta cinta, Ma ha sido privada de su libertad y confinada en un cuarto, cuando es apenas una adolescente. Durante su encierro, nace Jack, quien solo conoce el mundo exterior a través de lo que cuenta su madre, y el pequeño tragaluz del techo de la habitación en la que ambos se encuentran.
Su secuestrador, va ocasionalmente a proveerles de alimento y visitar a Ma, quien encierra a Jack en un clóset mientras dura la visita.
Ma ha decidido salir de esta situación y planea el escape del confinamiento en el que se encuentran y pide a Jack ayudarla; cuando llega su secuestrador Ma dice a éste que el pequeño ha muerto y éste, el cual ha sido aleccionado por su madre, viaja enrollado en un tapete en la parte posterior de la camioneta del secuestrador de la cual salta para pedir auxilio. Es así como lo encuentra la policía, quien finalmente encuentra el lugar en el que se encuentra Ma encerrada.
Una vez liberada, ambos son trasladados al un hospital para evaluar su condición después de haber permanecido tanto tiempo encerrados y de ahí a la casa de los padres de ella y abuelos de Jack. La adaptación al mundo exterior no parece tan fácil, pues el niño no ha tenido contacto humano alguno además del que ha tenido con su madre durante esos años, no obstante, el encierro parece haber creado un mayor impacto psicológico en Ma, quien al cabo de un tiempo intenta quitarse la vida. Jack, aunque lentamente, se adaptará mejor al entorno familiar.
Una película sobre las adversidades que podemos sufrir y el impacto que éstas tienen en nuestra salud, pero también sobre la capacidad de recuperación y adaptación tras el sufrimiento.
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